Al llegar a la ciudad, mediante el teletransporte, fueron conducidos ante las autoridades, pues el espadón que llevaban para vender irradiaba un aura de malignidad considerable. Allí, pudieron tener contacto con parte de los dirigentes de la ciudad, y compartir sus descubrimientos en el Templo de la Consunción Total. Hommlet estaba siendo asediaba, pero su principal objetivo era acabar con Hedrack y recuperar los restos de Thrommel, otrora príncipe de Veluna.
Les asignaron a un paladín para que les acompañara y diera fe de que todo lo que aseguraban era cierto.
Una vez de vuelta. La druida con un nuevo compañero animal. Esta vez un megarraptor. Fueron al Puente del Fuego, explorando el complejo que lo protegía. No quedaba nadie, había sido desalojado. Solo quedaba una pícara mediana que no se habían molestado en liberar de sus cadenas. Mas resultó ser de alineamiento maligno. Cada uno siguió por su camino.
Ya en el puente, que se extendía 700 pies, pudieron comprobar que había ciertos cambios en la meteorología del cráter. Un microclima tormentoso se había apoderado de él, y vientos casi huracanados lo recorrían, haciendo que el agua del lago chocara contra el puente como si de un rompeolas se tratase. El pavimento estaba muy deslizante así que se las ingeniaron para llegar ante la puerta sin tener que recorrerlo a pie.

El puente se acababa en una puerta alta de color negro enmarcada en metal rojizo. Grabado en la sueprficie de la misma, en relieve, se podía observar un gran rombo rojo con los bordes dorados. La puerta, de 15 pies de alto por otros tantos de ancho estaba desprovista de pomo, bisagras u otros componentes habituales.
Todavía estaban pensando en abrirla cuando la druida gritó algo. Se les abalanzó, de la nada, el mayor dragón rojo que habían visto y en un abrir y cerrar de ojos se había llevado al mago, que forcejeaba, lejos, muy lejos. La confusión se apoderó del grupo. Algunos fueron a intentar rescatarlo, a lomos del hipogrifo del grupo, pero presenciaron cómo el mago era electrocutado por las Torres de Rayo que rodeaban el cráter interior, mientras estaba en caída libre. Volvieron y tocaron la puerta. Ésta se hundió en el suelo, permitiéndoles pasar a refugiarse, por si volvía la bestia.
Un brillo rojizo y tembloroso iluminaba la vasta estancia. Un pozo circular, de 3 pies de profundidad y 50 de diámetro, llenaba la parte central de la misma. En el centro del pozo había un gran montón de monedas, con una depresón cóncava en el centro, como si fuera un nido.
El suelo, paredes y techo eran de mármol rojizo con vetas negras. Alrededor de las paredes norte y este había altares, con forma de diamante si se miraban desde arriba, y agujeros en el centro de su cara superior de los que surgían continuamente llamaradas. Flanqueando estos altares había estatuas de piedra negra, que representaban mujeres humanas desnudas, cuyas cabezas habían sido reemplazadas por triángulos negros con letras "Y" invertidas de color amarillo en su interior.
Tras 18 segundos, la puerta se cerró. La insonorización era increíble. No se escuchaba nada tras la puerta. Avanzaron y salieron de aquella sala, que se bifurcaba en dos pasillos. Tomaron uno de ellos, mientras discutían qué debían hacer. Los pasillos estaban débilmente iluminados, así que a Ruski la llamó la atención la luz de lo que parecía ser un gran salón. Con cautela y ayudándose de las sombras, se acercó lo más sigilosamente posible.
La entrada al vasto salón era un arco con cráneos esculpidos. Ahí se escondía nuestro enano. Aquel sitio tenía un techo abovedado de 30 pies de altura y estaba amueblado con mesas de madera flanqueadas por bancos. Un área elevada junto al muro oriental alojaba otra mesa con cuatro sillas en un lado, de forma que los sentados en la misma estaban de cara al resto de la habitación. Tras la mesa había seis largas banderolas púrpura alternando triángulos negros con "Y" invertidas y zigurats negros de dos plantas, boca abajo.
La pared occidental tenía una estantería a unos 10 pies de altura sobre la cual descansaban gárgolas de piedra gris.
Todo esto le pareció superfluo al guerrero, pues su atención se centró en los que estaban sentados en la mesa principal. Era él, sin duda. Hedrack les explicaba algo a los otros tres comensales. A su derecha estaba una clériga. ¡A su izquierda dos drows! Uno de ellos clérigo, el otro mago. Bebían de sus palabras y parecían disfrutar del monólogo. Sus gestos, o eso le pareció, simulaban lo que les acababa de suceder, pues trazaba con la mano un arco describiendo el mismo movimiento enérgico que había realizado el dragón en el puente. Rieron a pleno pulmón mientras acababan con su desayuno.

De pronto, Hedrack impuso el silencio en la mesa. Los demás le miraron, expectantes. Sacó, de entre sus túnicas, una especie de medallón dorado que brillaba con intensidad variable, como si de una baliza se tratase. Comentó algo y todos volvieron a reir a carcajadas. Entonces se levantó y comenzó a conjurar. El enano se escondió, y cuando iba a poner fin a su osadía oyó un repicar metálico que provenía de la otra entrada del salón. Estuvo a punto de caer al suelo de la sorpresa, si eso fuera posible en alguien de su raza. Una patrulla de MINOTAUROS BÁRBAROS cruzaba el salón en su dirección, con aire marcial.
Se volvió y tan silencioso como le fue posible volvió a avisar a sus amigos de que no disponían de mucho tiempo para pensar.
"Almenos solo son tres" - Se dijo a sí mismo, con cierto ánimo.
Al menos solo son tres!!!
ResponderEliminarHermanos, vamos a disfrutar como enanos!!!
¡Pero chaval! xDDDDDDDDDDDDDD. Madre mía, Hedrax con drows y todo...Y se ríen los cabrones.
ResponderEliminarPues a ver como nos las ingeniamos para sobrevivir a tal desafío.
P.D.(1): No entiendo la situación exacta de donde nos encontramos, donde está Hedrax y los drows y de donde salen los minotauros ¿Están en la sala que pone guardias?
P.D. (2): Lo más aventurero y arriesgado casi ni lo describes, el acercarnos el guerrero y yo a "tratar" de salvar al mago.
Hedrack y los drows se encuentran en donde pone "Great Hall".
ResponderEliminarVosotros estáis entre el "Great Hall" y las habitaciones de los invitados, "Guests".
Los minotauros cruzan el "Great Hall" de arriba a abajo (en dirección hacia vosotros)
La situación es peliaguda, sí. Irse acostumbrando :P