jueves, 5 de agosto de 2010

Batalla en el Templo del Fuego

Visto y no visto. Un muro de piedra, tan sólido cómo la cueva que lo rodeaba, les cortaba la retirada...

Solo quedaba avanzar y rezar, que lo que hubiera tras la cortina no fuera una esfera de aniquilamiento. No lo era. Sigh. El pasillo daba a una enorme sala con un foso de fuego en el centro. Sobre él, una plataforma cuadrada levitatoria, de 30 pies de lado, con altar incluído, estaba Tessimon, la Suma Sacerdotisa del Templo del Fuego.

Pero no iba a ser fácil llegar hasta ella. En el camino surgieron enemigos. El guerrero más veterano, Zert, con sus espadas mágicas de fuego, acechaba con invisibilidad mejorada. Fue durísimo, pero finalmente murió, en el foso, intentado escapar.

El segundo al mando, una Salamandra guardia negro, fue a proteger el cadáver de éste, pues tenía objetos mágicos muy importantes. Dio y repartió lo suyo, tanto como para matar al lobo de un asalto completo. Su espadón +2 sacrílego almacenaconjuros era digno de admirar.

Murió, pero fue toda una agonía, batallar en un foso con llamas. Mientras tanto, Tessimon se había dedicado a disipar magia y lanzar Descargas flamígeras, con las que había diezmado a sus enemigos. De repente, un muro de fuerza partió en dos el foso, obligándola a dar un rodeo, bajando de su plataforma acompañada de Firre, el torturador.

La batalla había bajado en intensidad. El mago y la druida se habian teleportado al otro lado de la sala, tras conjurar un león terrible que mantuviese a Tessimon ocupada. Mientras, guerrero y clérigo peleaban con méfits de fuego, que suponían más un incordio que una amenaza seria.

"Ja, estos creen que un muro de fuerza me detendrá, pero ni de lejos. Acabaré con este león mierdoso e iré a rematar a los que siguen en el foso"

Una luz azul repentina a su lado detuvo sus pensamientos. Saltó un poco, intentando esquivar a quien hubiese aparecido. La criatura era tan alta como un gigante, con un cuerpo ancho y musculoso. Sus cuatro brazos estaban terminados en poderosas armas naturales: dos con pinzas y dos con garras. Su cabeza canina estaba coronada por cuernos y su hocico goteaba, cuajado de dientes afilados. Su mirada, fria, oscura y penetrante, daba indicios de gran astucia e inteligencia.



En un abrir y cerrar de ojos, se deshizo del león y de una patada lo envió lejos, sin siquiera mirar cómo terminaba el conjuro de convocación.

"¡Tú! ¡Lo tenía casi a punto! ¿Qué mierda haces aquí? No te necesito, perrito faldero"

Más rápido que la anterior vez, una de las garras cogió a Tessimon por el cuello, levantándola varios pies del suelo, mientras ésta pataleaba sin resultados. No podía respirar, empalidecía por momentos.

" Hedrack me envía. No has cumplido sus espectativas. Éstos mortales siguen vivos y coleando."

Con un hilo de voz, la clériga replicó tibiamente:
"Infinitus...Déjame terminar..."

"No me das lástima. Oficialmente, has sido relegada de tu cargo. No vales nada para Hedrack"

Las piernas de Tessimon cada vez se movían menos, y había dejado caer ambos cetros al suelo, sin fuerzas para sujetarlos.

"Tienes suerte mortal. Mis órdenes no contemplan destruirte, sino recuperar lo que es del Templo"

Lanzóla varios metros, donde rodó por el suelo como un fardo. Se giró hacia Firre para hablarle, pero éste ya huía en dirección a la puerta.

Haciendo una reverencia, con un alto porcentaje de burla, se despidió de los héroes diciendo:

"Señores, el techo es falso, ilusorio. Las llaves están arriba. Ansío batirme con ustedes"

Se agachó, recogió ambos cetros y se teleportó.

Tessimon tosía en el suelo y maldecía con la poca voz que tenía...

2 comentarios:

  1. uoooooooo... que cosas pasan... xDDDDDD
    Pues nada... acabaremos con los mefits y con Tessimon si no huye... recogemos la espada del fuego y a repartir caña ^^

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  2. Y se lleva el cetro almacena conjuros y el cetro medio drow con las cabezas de serpientes...¡Cerdo!
    Hay que pillar Firre, matarlo, y sacarle la información a Tessimon.

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