Tras superar La Picadora, los héroes llegaron a la habitación de su enemigo más poderoso, Hedrack. Ya sabían, por los espías de Javier, que éste no estaba allí, sino en el Templo del Mal Elemental, así que abrieron la puerta.
Un conjuro de Interdicción protegía la sala, así que lo disiparon. Entraron y buscaron lo que hubiese de valor. Y encontraron la muerte.
Tanto el pícaro como la druida cayeron fulminados por sendos conjuros de Rematar a los vivos, en una concatenación de fallos garrafales en cuanto a conjuros defensivos se refiere.
Salieron de allí con un Tomo de Entendimiento +1. Resucitaron a ambos, y volvieron al día siguiente. Esta vez la suerte les sonrió y encontraron el Diario de Hedrack:
DIARIO DE HEDRACK:
IMAGINAOS mi sorpresa al descubrir que Lord Iuz, a quien había servido fiel y hábilmente hasta entonces, no era el auténtico poder tras el Templo del Mal Elemental. Incluso su aliada, la demonio Zuggtmoy, no era sino un peón. Sagazmente pude descubrir que el auténtico poder era el culto del Ojo Elemental Arcano y, tras él, el culto de Tharizdun. Por fin, una causa merecedora de mis habilidades; por fin descubro el camino hacia el poder definitivo. Los Soñadores de la perdición dirigen el culto y la Tríada son los amos de los Soñadores. Me uniré a sus filas y acabaré siendo el sumo sacerdote del Señor Oscuro, el Primero. […]
EN el tiempo que llevo aquí he obtenido el respeto de todos; saben reconocer la grandeza cuando la ven. Me han confiado el cetro de tentáculo, símbolo de mi cargo, y se me ha dado el control del Gran Templo en el Atrio Exterior. Pronto seguiré avanzando en las filas de los Soñadores de la perdición hasta llegar al Atrio Interior. […]
EN mi época como comandante supremo del Templo del Mal Elemental jamás conocí a un servidor del mal más capaz que el llamado Lareth el Hermoso. Iuz, Zuggtmoy e incluso Lolth reconocían su poder. Murió defendiendo la Barbacana del foso, pero yo le devolví a la vida, aunque desfigurado. Creo que aun vive en Nulb, a pesar de que sabía que el culto del Ojo Elemental Arcano iba a encubrir nuestra huida de la zona cuando el Templo cayó. Quizá se haya vuelto loco y, en ese caso, ¡qué lástima! […]
CUANDO me informaron de que los Soñadores de la perdición proclamaron la profecía del Campeón del Mal Elemental, el que devolvería el poder al Templo del Mal Elemental, supuse automáticamente que el elegido sería yo, pero imaginad mi sorpresa al saber que me equivocaba. Sin embargo, creo que seré yo quien encuentre a ese Campeón y me convierta en su mentor. Debo ponerme en contacto con Tessimon. […]
TESSIMON, del Templo del fuego, vino hoy al Atrio Exterior. Le hicimos la prueba en el Gran Templo y nos dimos cuenta de que ella no eral el Campeón que había sido anunciado. Sin embargo, ansía el poder e intentó seducirme de nuevo para conseguirlo. La puse en contacto con la Máquina infernal y ahora tendrá consigo un ayudante infernal en todo momento. Ya tiene el poder que ansiaba, aunque sospecho que bastante trabajo tuvo con sobrevivir al proceso. […]
ZUGGTMOY e Iuz crearon un artefacto llamado el Orbe de la muerte dorada para con él crear los Nodos elementales en las profundidades de los subterráneos. Ahora sé que recibieron los secretos necesarios para ello de manos de los agentes de los Soñadores de la perdición. Aunque el Orbe fue destruido (hundiendo de paso los niveles subterráneos del Templo del Mal elemental y sellando los nodos) el culto del Dios Oscuro tiene otro artefacto del que el Orbe de la muerte dorada no era sino una copia. Le llaman el Orbe del Olvido y se lo han llevado al Templo del Mal Elemental para reabrir los nodos. […]
AUNQUE los soñadores de la perdición se han llevado el Orbe del Olvido, el Orbe de la muerte plateada, otra copia, sigue en la Cápsula Negra, más allá del Velo púrpura. […]
MIS enemigos, el mago Falrinth, y su socia Smigmal Manorroja siguen con vida. Supuse que habían muerto en la caída del Templo del Mal Elemental, pero no fue así y ahora trabajan para los Soñadores de la perdición, que excavan los niveles inferiores del viejo templo, aparentemente por conocer un camino secreto y directo al tercer nivel. ¡Que el Dios Oscuro se los lleve! Son capaces de traicionar a los Soñadores de la perdición de alguna forma y arruinar nuestros planes. Si alguien quisiera escuchar la voz de mi sabiduría, la cabeza de Falrinth adornaría el estante que hay junto a mi bañera. […]
EL cetro de fuerza y los anillos de armadura de fuerza están guardados en la Cápsula Negra en espera de la llegada del Campeón del mal elementa, como regalos del Dios Oscuro y símbolos de su aceptación del Campeón. […]
ESTABA convencido de que el Campeón del Mal Elemental es Lareth el Hermoso y ayer nuestro oráculo ilícida Satau me confirmó que mis sospechas iban por buen camino. Con esta información, utilicé el cetro de tentáculo en el Gran Templo para transportarme directamente al Atrio Interior. Allí me fue concedida una audiencia con el Primero de la Tríada, a quien informé de mis sospechas y la confirmación de Satau. El Primero me dijo que, como recompensa, estaría entre los Soñadores de la perdición cuando Tharizdun volviera a recorrer la tierra. […]
LO HE CONSEGUIDO. Fui a buscar a Lareth, el campeón profetizado, a su morada en Nulb. En un principio se resistió a acompañarme, pues no daba crédito a mis palabras. Así que tuve que emplear una diplomacia más mágica y agresiva y traerlo al Atrio Exterior en contra de su voluntad. […]
LA MISMÍSIMA TERCERA bajó hoy a visitarnos y “habló” con Lareth en privado. Lo convenció, mas parecía un autómata cuando entraba al Gran Templo. Allí lo sometimos a la prueba y no la superó. El mundo se me vino encima y mentalmente anoté matar a Satau, por haberme hecho pasar tal vergüenza ante ella. Pero había algo distinto esta vez. Su Oscuridad no había castigado con un frío demoledor ni había dejado ciego a Lareth, como ya hizo con Tessimon. Su potente y oscura voz resonó en la sala, como cada vez que fallábamos en la búsqueda.
Entonces la cara de Lareth cambió por completo. Oír de viva voz a Tharizdun le hizo ver su verdadero sino. De nuevo, clavó una rodilla en el suelo y recitó con poderío y vehemencia el mantra identificador:
“Temido Tharizdun, poder del Ojo elemental arcano y amo de todas las fuerzas destructivas, soy el Campeón del Mal Elemental y estoy listo para llevar a cabo tus deseos”
No ocurrió nada. Nadie hacía el menor ruido. Sabíamos qué sucedía si aquello salía mal, pero no teníamos una confirmación de que hubiera salido bien.
Entonces Lareth cayó, en una posición algo extraña debido a que estaba semiarrodillado en un principio. Ninguno de los presentes nos movimos: La Tercera, Naquent, Ukemil, Varachan, Dunrat y yo mismo nos miramos con escepticismo. Los segundos pasaban y no sucedía nada nuevo.
Lo que aconteció después tuvo un gran calado en mi fe, renovándola. El Ojo de nuestro Dios se alzó desde el altar. Todos lo miramos y él nos atravesó con la mirada. Su voz retumbó con tal fuerza que creí que derrumbaría el Atrio Exterior.
“Enviad a mi campeón al corazón de las lunas, a los nodos que hay allí, para que pueda soltar a mis retoños sobre el mundo y ellos a su vez me liberen”
Acto seguido Lareth volvió en sí y se puso de pie. Puso los brazos en cruz y recibió una Descarga flamígera del propio Círculo Negro. Gritó, pero solo un momento. Las llamas fueron disipadas por un torbellino de gran poder, que lo alzó en vilo pero no lo sacó del círculo. Le siguió una lluvia de rocas que cubrieron al Elegido por entero para finalmente diluirse y sumergirle en un tubo de agua mágica.
Era Él y conocía perfectamente su nuevo papel.
“Dirigidme a la Cápsula Negra, he de recoger los regalos de Su Oscuridad.”
[…]
Aquí termina el diario.
Además, el grupo encontró una palanca, de la cual tiró.Una combinación ingeniosa con Campo Antimagia libró a la compañía de caer en las siguientes trampas mágicas, que revelaron La Armería secreta de Hedrack, que contenía, entre otras cosas, todo lo que éste les había robado.
En su escritorio Hedrack dejó unas notas en sucio:
- La gema elemental de tierra ha sido encontrada, he de trasladarme a TME para la celebración y la Ascensión.
- Llevar a Daagra y a Satau. No puedo permitir que el Oráculo muera.
- Dejar tres grupos protegiendo el artefacto. Los dos drows, escondidos al acecho. Naquent y Redihitidoor en la Cápsula Negra y los dos asesinos en el Gran Templo.
- La Cápsula Negra, jaja.
Salieron de allí tras repartir todos los objetos encontrados y en el siguiente pasillo encontraron enemigos. Dos golems de carne.
Iniciativas.
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