Una especie de castillo enorme, con aberturas a varios niveles de altura, ocupaba el centro de la ciudad, dominándola. Abajo, en el nivel inferior, podían verse criaturas de todo tipo -mayormente grimorloks y khuuls-, haciendo trabajos forzosos.
Ojalá se pudiese hacer tratos con ellos, supondrían una alianza sin parangón, una defensa implacable para los planes de los Soñadores. Era una lástima que aquella gente solo pensara en sí misma.
"Es necesaria dicha separación"
Hedrack dio un respingo, pero se recompuso y contestó:
- Maldita sea, podrías anunciarte o dejarte ver antes de hablar.
"Eres tú, Hedrack, el que ha venido hasta mí"
- Cierto es. Muéstrate. Ahora. Quiero pedirte algo.
Se arrepintió de lo dicho en cuanto recordó cómo lucía su interlocutor. La cabeza de pulpo de cuatro tentáculos con sus ojos blancos e hinchados no era plato de buen gusto. No ayudaba tampoco que constantemente le chorreara de la boca un limo aceitoso.

Pero prefería tenerlo situado. No escuchar su voz le impedía conocer su posición.
"Como te decía, existen dos tipos de seres, los que siempre piensan en voz alta y los que no. Y de los segundos, los más poderosos somos nosotros, los illitas."
Hedrack puso los ojos en blanco. Ya empezaba.
"El resto sólo son escoria que malvive en este plano esperando su muerte y deseando reencarnarse en uno de nosotros."
Empezaba a hartarse:
- Termina ya con tu cháchara exacerbadamente xenófoba y escúchame con atención: Ya han entrado al Atrio Exterior.
"Qué novedad. También lo sabían Chymon y Rocky, y como ellos, también lo sabes tú, Hedrack"
- ¿!Pero qué!? No tolero que me hables en ese tono, sigo siendo quien manda aquí, no lo olvides.
"Quieres que te lea el futuro, para eso has venido, porque estás preocupado y porque yo soy el Oráculo, pero para eso no necesito nada de lo que tengo arriba."
- No sigas por ahí, masa bulbosa, o la bota herrada de Tharizdun aplastará tu cabeza y los restos se esparcerán por toda la Antípoda Oscura.
"Hedrack. Encontraste al Campeón y pasó la prueba. Eres el preferente para ascender al Atrio Interior y Su Oscuridad te ha dotado para manipular su regalo a voluntad. No tienes rival aquí. Sólo tienes que enfrentarte a ellos mostrando tu cara más implacable."
- Satau, no necesito que nadie me recuerde mis hazañas, la memoria no me falla todavía. No soy tan mayor.
"Silencio. Son ellos. Están hablando con la puerta. Ignorantes..."
- ¿Ellos? ¿Allí arriba? Es una señal de Su Oscuridad. Me encargaré ahora mismo.
"La determinación de un líder. Machácalos y envía sus cabezas a Javier. No quepo de gozo al imaginar su cara..."
Hedrack rió ante el comentario y dejó atrás al azotamentes. Por el camino, fue mejorando sus defensas con conjuros. Se iban a enterar.